Comedia y abuso. Un chiste sin gracia
Continuamos con la serie de artículos en los que reflexionamos sobre el humor y la comedia en nuestro mundo moderno. Si le encuentras chiste a eso, échale un ojo a los anteriores
Comedia sexual
El movimiento #MeToo sacó a la luz muchos de los abusos que imperan en el ámbito del entretenimiento estadounidense, con una oleada de revelaciones que hicieron caer a figuras poderosas de una industria que muchos crecimos idealizando. Y dentro hay un sector que se ha visto particularmente involucrado con este tipo de escándalos y que puede resultar incomprensible a primera vista: Los comediantes.
Comediantes que no pueden mantener sus pantalones arriba
Empecemos con el caso de Bill Cosby, una de las figuras cómicas más emblemáticas de la historia de Estados Unidos y quien en la cúspide de su fama fue conocido como “El Padre de América”. Pues la sorpresa que nos llevamos cuando se hizo público el hecho de que Cosby había drogado y abusado sexualmente de docenas de mujeres durante años, lo cual era un secreto a voces en Hollywood.
Si bien el caso de Bill Cosby es el más impactante, está lejos de ser el único. En 2017 surgieron acusaciones de varias mujeres contra Louis C.K. por realizar actos sexuales sin consentimiento, lo cual fue negado rotundamente en un principio por el famoso comediante, para después terminar aceptándolo y pidiendo disculpas. Aquí cabría preguntarse si sus palabras eran sinceras o su único arrepentimiento era haber sido atrapado.
Louis C.K.
Hace algunos meses el co-creador de Rick y Morty, Justin Roiland, fue acusado de comportamiento inapropiado con varias empleadas, intercambio de mensajes sexuales con menores e incluso abuso contra su expareja, y aunque Roiland fue exonerado de los cargos legales, en la corte de la opinión pública el daño estaba hecho.
Una diferencia entre los casos de Cosby y C.K. es que estos se conducían como personas aparentemente respetables, mientras que Roiland es conocido por su comportamiento errático, el cual nos recuerda también al del infame Andy Dick, otro comediante impredecible y siempre relacionado con el abuso de sustancias, los conflictos públicos y múltiples arrestos por actos en muchos casos de carácter sexual.
Es importante mencionar que todos estos casos son de distinta magnitud y cada uno debe ser investigado de manera acorde, pero lo que tienen en común es que se trata de hombres de comedia, lo cual no encaja exactamente con la imagen arquetípica del abusador sexual.
Pasados de graciosos
Repasemos otros ejemplos de la escena cómica para descubrir si existe el perfil del “comediante abusador”.
Jeffrey Tambor, veterano de Arrested Development y con participación en docenas de producciones, fue acusado por dos ex asistentes de acoso sexual, por lo que el actor pidió disculpas y reconoció tener problemas con el manejo del temperamento.
TJ Miller, famoso por su papel en la serie Silicon Valley y por ser el compinche de Deadpool, fue acusado de comportamiento sexual violento en su pasado.
Danny Masterson, miembro del cast de That 70’s Show (y hermano del famoso Francis de Malcom el de en medio), se encuentra encarcelado y en espera de sentencia por cargos de violación.
Deadpool y TJ Miller
El actor de televisión y stand-up Chris D’Elia fue acusado de solicitar fotografías explicitas a mujeres menores de edad, aceptando tener problemas con el sexo pero negando haber tenido alguna relación sin consentimiento o con personas menores.
Dos intérpretes de The Goldbergs fueron objeto de acusaciones separadas: Bryan Callen negó una acusación de abuso en 1999, mientras que Jeff Garlin fue señalado por tocamientos y abuso verbal en el set de la mencionada serie.
Incluso Bill Murray, uno de los favoritos del internet, fue acusado de este tipo de comportamiento durante la filmación de la película Being Mortal, a raíz de lo cual salieron a la luz un número de testimonios de otros incidentes abusivos por parte del comediante.
Hay que aclarar que no todos los acusados son automáticamente culpables o existe suficiente certeza para condenarlos, como en el caso de Aziz Ansari, creador de la serie de Netflix Master of None, quien fue objeto de un artículo de 2018 que narraba la experiencia de una persona que se sintió coaccionada por él para tener relaciones durante una cita, aunque el caso nunca fue llevado ante las autoridades y se ha cuestionado la falta de rigurosidad periodística con que se presentó.
Chicos de fraternidad
Otro aspecto preocupante del tema es que parece que no se trata únicamente de incidentes aislados, sino que existe una cultura dentro de la comedia que por años ha protegido y hasta promovido actos de abuso.
Horatio Sanz, quien formaba parte del ensamble de Saturday Night Live en los noventa, fue acusado del abuso sexual de una menor en las propias instalaciones del programa, con encubrimiento y complicidad de la producción.
Y es que cada vez surgen más testimonios del ambiente tóxico que ha existido dentro de ese show, como en Burn it Down: Power, Complicity, and a Call for Change in Hollywood, libro en el que la periodista Maureen Ryanque describe a detalle la cultura de misoginia, sexismo, homofobia y discriminación racial que se vive en Hollywood y el circuito cómico.
¿Saturday Night Live ha encubierto abusos?
Para cerrar mencionemos a Jerry Lewys, legendario comediante que fue una de las figuras más poderosas de Hollywood y cuyo comportamiento documentado retrata a un ególatra vengativo que sistemáticamente acosó a las actrices que tenían la desdicha de trabajar con él, y quien creía firmemente que las mujeres no tienen la capacidad de realizar comedia.
Chiste sin gracia
También hay mujeres comediantes que han incurrido en comportamientos reprobables, como Miranda Sings, pero el problema del abuso sexual indudablemente tiene a los hombres comediantes como protagonistas en una proporción mucho mayor.
¿Porqué sucede esto? Bueno lo primero que podemos inferir es que las personas con capacidad para el humor son usualmente más capaces de ganarse la admiración y confianza de las personas, pero el problema viene cuando se interpretan erróneamente esos sentimientos con interés romántico.
Adicionalmente, los comediantes (y pseudo comediantes de la vida diaria) tienden a escudarse con el argumento de que cualquier insinuación, acto inapropiado o comentario de mal gusto que hagan son “simples bromas” y la mala persona es quien no aguanta nada.
También sucede que los ídolos de la comedia están acostumbrados a que todo el tiempo les digan lo graciosos e inteligentes que son, y por eso llegan a pensar que son inmunes a la crítica o a cometer errores. Si a esto le sumamos el abuso de alcohol y drogas que caracteriza a la farándula, tenemos un coctel explosivo en el que algunos comediantes excitados, alterados y engreídos creen que pueden hacer cualquier cosa sin consecuencia alguna.
¿Ya no se puede hacer comedia en un mundo políticamente correcto?
Resulta triste saber que muchos de nuestros programas de comedia favoritos esconcen tras bambalinas ambientes de abuso laboral y sexual, como en las revelaciones hechas por Jennete McCurdy respecto al popular show juvenil I Carly.
Pero esto no significa que la comedia vaya a desaparecer porque ya no se puede hacer humor arriesgado. Algunos artistas como Richard Pryor y Andy Kaufman utilizaron exitosamente la transgresión en nombre de la comedia. Pero se trata de un camino peligroso que puede causar daño a terceros si no se anda con cuidado.
La comedia siempre será importante y necesaria, incluso para señalar las incongruencias de la sociedad en que vivimos. Baste con recordar que fue gracias al stand up de Hannibal Buress que se inició la bola de nieve que terminó por exhibir los crímenes de Bill Cosby, cuando ninguna denuncia o trabajo periodístico lo habían logrado.
Así que no perdamos la fe en la comedia, ya que esta puede y debe ser punta de lanza de muchos de los cambios que necesita la sociedad, como podemos ver con una nueva camada de comediantes que no necesitan recurrir a la discriminación o al maltrato para ser relevantes y, principalmente, graciosos.
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