Hojecer

Publicado por Vorágine en

Sakura, bella e inocente, aguardaba el regreso de su esposo.

El viento soplaba, y parecía que decía: – ¡Niña mía! él ha muerto. Prometió regresar, antes de los retoños del cerezo, y éste ahora es más grande que la casa. –

Años habían pasado y Sakura dudaba si quitarse la vida sobre el árbol o seguir aguardando el regreso de su compañero.

Una fría mañana de invierno, una amable silueta llegó a pedir trabajo, el joven era un buen mozo de cálida mirada; en la cual, Sakura se perdió embelesada.

El tiempo siguió corriendo, pasaron varias floraciones y el alma de éstos, ahora enamorados, había borrado la espera de aquél que había ido a la guerra.

Una trágica mañana, lleno de honores, el guerrero regresa y encuentra a otro hombre en el lecho de su amada; lleno de rabia y tristeza toma a los amantes y los sacrifica sobre las raíces del blanco cerezo.

Indignidad y desconsuelo habían cubierto el jardín, ríos de sangre regaban las tiernas raíces, lagrimas se ahogaban en el alma de los tres desdichados.

La historia había quedado sellada en la sabia del cerezo, quien a partir de ese momento tornó sus blancas flores en tonalidades rosa pálido, para consolar al afligido guerrero que también yacía a su sombra.

Llegó la primavera, y con ello, la oportunidad de admirar el nacimiento de un nuevo ciclo de vida.

En el caso de Japón, la floración de los cerezos es la señal para iniciar la siembra en los arrozales; pero también, de las festividades del “Hanami”, en donde la población se reúne a compartir comida y bebida, bajo la contemplación de los cerezos en flor.

El cerezo, además de ser el árbol emblemático del país nipón, era el que los samuráis regalaban a sus esposas antes de partir a la guerra; si el guerrero fallecía en combate, su dama debía quitarse la vida sobre el árbol.

Esta tradición llevó a la creencia de que el tono rosado, de algunos de estos ejemplares, derivaba de la sangre derramada.

Hoy es tiempo de cerezos en flor, de sembrar arroz y renacer con alegría a un nuevo ciclo de color y movimiento. ¡La primavera ha llegado! Y, aún y cuando, yo no voy a ir a sembrar arroz, sí me lo comeré muy contentita…

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Fuentes consultadas:

https://www.traveler.es/naturaleza/articulos/hanami-contemplar-floracion-cerezos-japon/12183

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