Doctor Sleep vs Terminator: Dark Fate. Cómo hacer una continuación sin arruinar la saga.
Este fin de semana pasado me decidí a olvidar mis problemas por unas cuantas horas y prepararme unas ricas palomitas para disfrutar de una tarde de cine. Las elegidas fueron un par de películas que estuvieron recientemente en cartelera, Doctor Sleep y Terminator: Dark Fate. Y vaya que fue una experiencia contrastante.
¿Qué tienen en común estas dos pelis? Pues que ambas son continuaciones de populares sagas fílmicas que llevo cerca de mi corazón. Doctor Sleep continúa la historia de El Resplandor (The Shinning), película de culto dirigida por el genio maniático Stanley Kubrick, basada en la novela del amo del terror, Stephen King. Mientras tanto, Terminator: Dark Fate es la sexta película de la franquicia de Terminator, aunque narrativamente fue diseñada como una continuación específica de las dos primeras películas, las dirigidas por James Cameron.
¿Y qué es lo contrastante entre ellas? En pocas palabras, que Dark Fate es pésima, mientras que Doctor Sleep es una muy agradable sorpresa.
No puedo negar que mis expectativas no eran muy altas con Dark Fate, pues ya venía con malas críticas. Pero tampoco es que fueran tan bajas, es decir, esta entrega venía apadrinada por el propio James Cameron y contaba con el esperado regreso de Linda Hamilton como Sarah Connor. Pero de algún modo se las arreglaron para conseguir algo que me parecía francamente imposible, hacer una película aún peor que Terminator: Genisys. Y es que Genysis es fatal, pero por lo menos es muy entretenida, en cambio, Dark Fate es una película rota en todo sentido. Es larga y en muchos momentos aburrida, la trama se va diluyendo paulatinamente y todos los personajes, excepto Connor, fallan en conectar con la audiencia. Y eso es doblemente triste, porque se desperdicia de manera lamentable a Linda Hamilton que en los pocos momentos que le otorgan demuestra que tiene de sobra lo necesario para cargar con la película en sus hombros. En resumen, una película gris y con cero replay value.
En lo que hace a Doctor Sleep, tampoco tenía expectativas muy altas. No había generado mayor reacción y había pasado con más pena que gloria en términos de taquilla. Además se enfrentaba a la muy difícil tarea de continuar una de las mejores películas de todos los tiempos. Pero sorpresivamente, esta película acierta en la mayoría de sus propuestas y logra ser digna sucesora de tan magna obra. Es larga pero cadenciosa, las actuaciones son muy buenas, en especial Ewan McGregor como un adulto Danny Torrance, y el fan service, aunque en la parte final un poco excesivo, es en general un giño para todos los fanáticos de la película de 1980 protagonizada por Jack Nicholson.
Y esto es lo que nos trae al meollo del asunto, qué hacer y qué no hacer a la hora de continuar una saga.
Para empezar, una continuación debe ser eso, una continuación, no un reciclaje de la misma historia. Dark Fate es la cuarta vez que repiten la misma historia (solo Terminator: Salvation propuso algo distinto). En el caso de Terminator 2 se le perdona porque esa película mejoró todos los aspectos de la premisa original y, bueno, es la mejor película de acción de la historia. Pero a estas alturas ya deberían intentar algo nuevo. En cambio, Doctor Sleep retoma el concepto primordial de la original, pero narrativamente es muy distinta. Se trata de una historia completamente diferente pero que respeta las reglas y la mitología de su universo, para crear algo que resulta original pero al mismo tiempo familiar.
Otro problema de Dark Fate es abrazar una tendencia cada vez más común en Hollywood, desconocer las entregas previas que no hayan sido bien recibidas, y en este caso, esta película ignora los sucesos de la tercera, cuarta y quinta entrega. Esa manía de querer complacer al público lo único que provoca es que se bastardice la propia saga que dicen estar honrando, y que el resultado sea un revoltijo de historias que en conjunto ya no hacen ningún sentido. Y aunque para Doctor Sleep parecía obvio querer apegarse lo más posible a El Resplandor, hay que recordar que Stephen King siempre odió esa película, pero en un movimiento brillante, la nueva entrega se concibió como un puente para conciliar la novela original de King con la adaptación de Kubrick.
Y esto nuevamente ejemplifica el debate hollywoodense entre crear un producto o crear una obra. Terminator: Dark Fate es un producto diseñado para engañar al espectador y venderle lo mismo que alguna vez fue exitoso, pero hasta en eso falla, mientras que en cada escena de Doctor Sleep es notorio el cariño y la reverencia que le tiene el director a la obra original, mientras que al mismo tiempo se atreve a proponer algo novedoso.
Y ya para cerrar, es importante señalar que todos tenemos derecho a disfrutar lo que más nos guste, así que no te sientas mal si alguien critica una película que a ti te gustó. A fin de cuentas, lo más probable es que la taquilla te dé la razón.
Por Javier LR, personaje de ficción.
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