Nadie sabe que estoy aquí: otro reto de Netflix para la industria cinematográfica.
La ira contenida
Nadie sabe que estoy aquí, ópera prima del director Gaspar Antillo, es un relato conmovedor que no recurre a las fórmulas del sentimentalismo o de los personajes arquetípicos donde héroes y villanos cumplen un rol inflexible.
Aunque la narración parece un poco lenta al principio, la complejidad del protagonista, interpretado por el actor Jorge García (conocido por su participación en "Lost"), consigue enganchar al espectador, y este elemento, a su vez, permite que el ritmo de la historia evolucione junto con el personaje.
La trama
El filme nos cuenta la historia de Guillermo Garrido, un hombre solitario y hosco que tras un perturbador incidente ocurrido en su infancia, se refugia en casa de su tío, quien vive en un paraje despoblado al sur de Chile.
Memo y su tío trabajan curtiendo piel de borrego. En su tiempo libre, nuestro protagonista visita casas ajenas y las explora con parsimonia. Le incomoda el contacto con desconocidos y pocas veces le escucharemos hablar.
El carácter de Memo navega entre la ira, la pasividad y la fantasía. Su prodigiosa voz acude a él para entonar melodías del pasado y sumergirlo en una quimera donde desaparecen sus miedos y desdichas.
La monotonía es interrumpida por un accidente en donde conoce a Marta, interpretada por Millaray Lobos, quien logrará atravesar el caparazón de Memo para escuchar su canto pero también su lado más grotesco.
El giro inesperado del desenlace le otorga sentido a todo el argumento y pone de relieve la condición humana como característica fundamental de lo imperfecto y del caos.
La reflexión
Nadie sabe que estoy aquí nos recuerda la tragedia del grupo ochentero Milli Vanilli, sin embargo, este relato no se centra únicamente en la revelación de prácticas desleales por parte de la industria musical, sino que se adentra en las pasiones humanas como la ira, la avaricia y el rencor.
Lo que me pareció más interesante de la película es que ningún personaje es una víctima, sino que todos son seres imperfectos que han cometido errores y también han experimentado dolor e injusticia.
El final queda un poco abierto a la imaginación del espectador, lo cual da espacio para la discusión sobre la temática y la historia de Memo, un niño que nunca se convirtió en un adulto.
«Nadie sabe que estoy aquí» del chileno Gaspar Antillo es belleza, de esa sacudidora, dura. «My heart’s dancing glow. Something is wrong. I don’t belong», canta Memo, el personaje principal, en un mundo con demasiados espejos y expectativas. Ojalá la vean. Está en Netflix. pic.twitter.com/2CdNVoltOR
— Mariana Castillo H. (@marviajaycome) July 13, 2020
Datos técnicos
Es una producción chilena auspiciada por la casa productora Fábula (fundada en 2004), propiedad de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín, quienes han logrado destacarse en esta monstruosa industria gracias a la calidad de sus obras, entre las que se incluyen: Jackie (2016), Neruda (2016) y Una mujer fantástica (2017), ganadora del premio Oscar a mejor película extranjera en 2018.
Netflix es quien ha dado el espacio para su distribución a nivel internacional, con lo cual, la plataforma de streaming más sólida del momento vuelve a retar a los cineastas y las grandes productoras al dar cabida a talentos emergentes.
Gaspar Antillo fue galardonado con el premio a “Director Revelación” en la más reciente edición del Festival de Tribeca.
Por Patricia Munguía Correa, ¡síguela en twitter!
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