C.R.A.Z.Y. Una hermosa historia de autodescubrimiento entre un hijo y su padre.
Esta película canadiense de habla francesa, dirigida y producida por Jean-Marc Vallée y estrenada en el 2005, nos cuenta la historia de Zachary (Zac), para quien su padre era la figura más importante de su vida y sus hermanos eran unos tarados (¿y quién no ha pensado eso sobre sus hermanos?). Este grupo de hermanos eran: Christian, el intelectual maníaco por leer todo, Raymond, con el que peor se llevaba, Antoine, el deportista, el propio Zachary, y finalmente Yvan, quien era paseado en carreola por Zac, para disgusto de su padre que lo regañaba por querer hacer cosas de mujer.
Los hermanos Beaulieu.
Zac siempre tiene ilusión por estar con su padre y pasar esos momentos maravillosos, especiales y únicos, por lo que tiene que reprimir que le gustaba hacer cosas de niñas, hasta que un día es descubierto y desde ese momento todo cambia en la relación que tiene con su padre, ya que este comienza a sospechar que es un “mariquita”, por lo que Zac hace todo lo posible en su infancia para no hacer ese tipo de cosas y ser un chico “normal”, aunque su madre, una devota católica, le dice que simplemente es más sensible, y que en realidad posee un don especial.
Ground Control to Mayor Tom...
En su adolescencia Zac trata de tener novia para reprimir sus sentimientos e identidad y no perder el amor de su padre, pero el primer sentimiento de Zac que lo hace darse cuenta de su homosexualidad latente es en una navidad con su prima y el novio de esta, al darse cuenta de que se siente atraído por ambos. También hay otra escena con uno de sus compañeros de clase que es homosexual y es golpeado por Zac con mucha ira porque se ve reflejado a sí mismo en él y sabe que no quiere ser así, hasta que finalmente en la boda de su hermano el padre de Zac lo sorprende con el novio de su prima dándose un “tiro” (intercambiar el humo de cigarrillo con la boca) y le dice que es un “marica”, aunque Zac trata de explicarle que no es lo que cree, y termina explotando y preguntándole si lo qué quiere oír es “¿¡Qué es un marica!?”, “¿¡Qué le gusta chuparla!?", por lo que su padre furioso, le dice que se vaya.
Zac y Michelle.
Un viaje de autodescubrimiento por el camino de Cristo, un disco roto de Patsy Cline y una tragedia familiar son el camino de la culpabilidad, la reconciliación, y el entendimiento de que lo más bello de la vida que es tener hijos… incluso si no es posible que cambien.
Podrá parecer una película convencional sobre una familia y el hijo que no se siente aceptado porque tiene confusiones y es diferente, pero ese tipo de sentimientos de querer pertenecer a algo o querer ser aceptado por tu padre y no poder, son el tipo de cosas con las que cualquiera se podría identificar y lo que hace especial a esta película. ¿Cómo ir afrontando los tabús que tiene la sociedad si eres diferente por el hecho de estar confundido y no saber quién eres en ese momento de tu vida? Y aunque es una película ambientada entre los años 60’s y 80’s, realmente no importa la época que sea, ya que siempre es un tema difícil afrontar a la familia y la sociedad por ser “diferente”.
Zac y su padre Gervais.
Otra cosa que la película nos muestra es una extraordinaria banda sonora principal con canciones como “Crazy” de Patsy Cline, así como otras de Pink Floyd, Rolling Stones, David Bowie y una canción en especial, “Hier Encore” de Charles Aznavour, que pasa en cada momento y es cantada por el padre de Zac. Este soundtrack termina siendo muy grato para el espectador si es que le gusta este género músical.
Una reminiscente escena final termina de enmarcar esta hermosa película, de la cual lo que más me gusta es el poderoso mensaje de no dejarte vencer por los estereotipos o lo que piense la gente, afrontando los prejuicios sociales, culturales y familiares, y aunque es complicado, al final los padres tienen que aceptar y entender en algún momento de la vida quién eres verdaderamente. Asimismo, y aunque no siempre sean las mejores, las relaciones con los hermanos son los lazos que te unen y son muy difíciles de romper.
Por Thaliadlch, trotamundos…
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