¿Quién fue Emiliano Zapata?

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Emiliano Zapata Salazar, el Caudillo del Sur.

Aprovechando el 2019, año declarado como el centésimo aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, hablaremos un poco de él para que sepas de quién fue este icónico personaje.

Zapata, también conocido como: “El Caudillo del Sur”, nació hace 140 años en el Estado de Morelos, México el 8 de agosto de 1879. Zapata fue uno de los líderes militares y campesinos más importantes de la Revolución Mexicana, a lo largo de su vida fue un símbolo de resistencia campesina, pues desde pequeño fue testigo del desojo que sufrían los campesinos por hacendados adinerados de la zona, desde los nueve años se pronunció a favor de los suyos y mostró preocupación para que se devolvieran las tierras a los legítimos dueños.

Por la sangre de Zapata corría vocación militar, pues a pesar de ser hijo de campesinos y hermano de nueve (tres hombres y seis mujeres); el abuelo materno de Zapata, José Salazar, militó en el ejercito del ilustre José María Morelos y Pavón, y dos de sus tíos paternos lucharon a órdenes del general Porfirio Díaz en la Intervención Francesa.

Zapata quedó huérfano a los 16 años de edad, hecho que lo obligó a trabajar por un periodo como labrador y arriero, a los 18 años tuvo que abandonar su estado natal tras ser rescatado con pistola en mano por su hermano Eufemio, pues había sido aprehendido por las fuerzas rurales de Cuernavaca, así que se refugió en una Hacienda en Puebla durante un año.

“Eufemio y Emiliano Zapata, hermanos.”

El Inicio del Revolucionario.

Fue hasta 1906 que comenzó a hacer presencia en asambleas campesinas, las cuales discutían las posibles formas de defender las tierras del pueblo, tratando de hacer frente a los hacendados enemigos. Caracterizado por su rebeldía, fue condenado al reclutamiento obligatorio de la población para servir en el ejército, en 1908 fue incorporado al 9° Regimiento de Caballería y poco después, fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz.

A principios de 1909, apoyó a Patricio Leyva en su candidatura para el gobierno del Estado de Morelos, siendo esta su primer aparición política y ajena al mundo campesino, dando la espalda su jefe anterior, Pablo Escandón. Casi a finales de ese año, Zapata fue elegido como Calpuleque de la Junta de Defensa  de las tierras de varios municipios del Estado de Morelos (Calpuleque es una palabra de origen náhuatl que significa líder o jefe), función que le hizo analizar documentos que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, mismos que había sido violados por distintas leyes que favorecían a los ricos para acrecentar sus tierras de manera arbitraría e ilegal, bajo el supuesto de que el pueblo no trabajaban esas tierras. Esto motivó a Zapata para convertirse en el principal dirigente agrario de su estado natal; sin embargo, comenzando 1910 y a sabiendas de la influencia que comenzaba a tener Zapata, fue reincorporado forzosamente con el grado de soldado raso al 9° Regimiento de Caballería, en Cuernavaca.

En mayo de 1910, fue declarado “bandolero”, pues aún en servicio militar recuperó por las fuerzas, las tierras de la Hacienda del Hospital que eran custodiadas por el jefe de policía local, dándolas en posesión a los campesinos del lugar luego de recuperarlas, este hecho lo hizo huir del gobierno en varias ocasiones, meses después participó en lo que se convertiría en el Plan de Ayala y posteriormente reunió a los vecinos de los pueblos que representaba como líder de la Junta de Defensa de las tierras e inició un nuevo reparto de las mismas.

“Emiliano Zapata, el Caudillo del Sur”.

Discordia entre Madero y Zapata.

Ya al inicio de la Revolución en 1910, en conjunto con Pablo Torres Burgos, acuerdan que Torres Burgos es el ideal para sostener una entrevista con el Jefe Revolucionario Francisco I. Madero en San Antonio Texas; de esto de desprende que en marzo de 1911, Zapata, Burgos y alrededor de 65 campesinos tomaran las armas en la ciudad de Cuautla, proclamando el Plan de San Luis ofreciendo la restitución de las tierras a sus legítimos propietarios. Al término de esto Zapata tuvo que huir nuevamente, pero esta vez al sur, pues ya era perseguido por un batallón de soldados. A la muerte Torres Burgos, Emiliano Zapata lo suple como líder revolucionario maderista y adopta el lema “La Tierra es de Quien la Trabaja”, frase polémica que muchos repetimos hoy en día y tuvo su origen con Teodoro Flores (padre de los hermanos Flores Magón).

En mayo de ese mismo año, Zapata ya contaba con mil hombres en sus filas, esto le facilita tomar la ciudad de Huehuetlán Puebla y la masa crece aún más, tras el triunfo del maderismo, Zapata comienza a repartir tierras a los campesinos a cambio de sus fusiles, pues para él, la guerra no terminaba con el derrocamiento del Porfiriato, sino que su objetivo principal era la devolución de las tierras a todos los campesinos. A Zapata lo cazaron por mucho tiempo, incluso el General Victoriano Huerta fue encomendado para ir tras él con unos mil soldados, fracasó. Zapata se reconoció principalmente por su desconfianza a los demás y por su convicción al movimiento revolucionario, incluso llegó a pensar que el propio Francisco I. Madero había traicionado sus ideales, pues éste quería solucionar los conflictos del país con reformas políticas, y para el Caudillo del Sur era prioridad la recuperación del as tierras, aún si esto fuera con violencia.

Ya con Madero como presidente y a pesar de ser el padrino de bodas de Zapata, las disputas de ideas no disminuyeron entre ambos, cosa que empeoró cuando en Palacio Nacional, Madero y Zapata se reunieron y discutieron fuertemente cuando Madero quiso recompensar a Zapata “por sus servicios a la Revolución” con una Hacienda en su natal Morelos, para Zapata era una ofensa, pues se convertiría en lo que juró destruir.

“No, señor Madero. Yo no me levanté en armas para conquistar tierras y haciendas. Yo me levanté en armas para que al pueblo de Morelos le sea devuelto lo que le fue robado. Entonces pues, señor Madero, o nos cumple usted, a mí y al estado de Morelos lo que nos prometió, o a usted y a mí nos lleva la chichicuilota.”

“Mire, señor Madero; si yo aprovechándome de que estoy armado, le quito su reloj y me lo guardo, y andando el tiempo nos llegamos a encontrar y con igual fuerza, ¿tendría usted derecho a exigirme su devolución?”

Estas fueron algunas frases que hasta el día de hoy se narran y aseguran tuvieron lugar en aquella discusión entre ambos revolucionarios.

“Francisco I. Madero y Emiliano Zapata, (padrino y ahijado)”

El Plan de Ayala, estandarte de Zapata.

El 25 de noviembre de 1911, Zapata lanzó el Plan de Ayala, documento que se convirtió en su estandarte debido a la ideología campesina. Como antes lo había hecho, Zapata siendo fiel a sus ideales y dando la espalda a quien hubiera sido su líder revolucionario, desconocía a Madero como presidente de la República y reconocía a Pascual Orozco como jefe legítimo de la Revolución Mexicana.

Los intelectuales que se dedicaron a modificar el Plan de Ayala, en el que desconocían a Madero y Huerta, como presidentes; y Orozco, como líder de la revolución; se encargaron de dejar claro el carácter social del movimiento, y además rectificaron el concepto de ‘clase’ dentro de la sociedad mexicana.

El estandarte de Zapata no solo postulaba el hecho que al campesino no se le había cumplido con lo prometido, sino que era necesaria la lucha armada para conseguir lo justo, este fue el primer documento que dio a conocer las ideas del movimiento zapatista, además de también ser el primer documento oficial del pensamiento socialista mexicano.

El Plan de Ayala, también llevó consigo la frase: “La Tierra es de Quien la Trabaja”, frase que después sería utilizada en la Revolución Cubana por el mismísimo Ernesto Che Guevara.

“Fragmento del plan de Ayala de 1911”.

Tras la muerte del padrino de bodas.

Luego del asesinato de Francisco I. Madero, Victoriano Huerta ascendió al poder, para ese entones Zapata fungía como el jefe revolucionario más importante y dominaba el Estado de Morelos y gran parte del Estado de México, Guerrero, Puebla y Tlaxcala.

Ya como presidente, Huerta buscó la paz con Zapata y comisionó a Pascual Orozco (padre) a pactar con el rebelde, se buscaba cesar la guerra zapatista, sin embargo, Zapata fusiló al emisario de Huerta y envió una carta a su contrario, repudiando su gobierno y llamándolos “asesinos de Madero”. Luego de esto, reformó su Plan de Ayala y desconocía Victoriano Huerta como presidente y repudiaba su gobierno, además de retirar el cargo de Jefe de la Revolución a Pascual Orozco, quedando él como único Jefe del Ejército Libertador del Sur.

Para 1914, Zapata dirigía un ejército que constaba de 27 mil hombres aproximadamente y era tremendamente respetado, quien se encontrara en el poder ejecutivo trataba de negociar con él, pactando la paz, los emisarios que trataban de seducir al morelense regresaban con la misma respuesta, “Zapata quiere que se reconozca el Plan de Ayala”, el cual desconocía a quien fuera presidente.

“Ilustración del asesinato del ex presidente Francisco I Madero”.

Villa y Zapata

A finales de 1914, Zapata y Villa se reúnen en Xochimilco, ambos reconocen el Plan de Ayala y desconocen a Venustiano Carranza como presidente, lo que provocó la continuación de la guerra. Villa estaba en casi total acuerdo con Zapata, exceptuando el modo de pensar sobre el ya finado Francisco I. Madero.

La estrategia entre ambos era sólida y tenía el mismo fin, la destitución de Carranza y el asenso de Eulalio, además de los ideales principales del Plan de Ayala, en 1916 Zapata se encontraba establecido en Puebla, ocasión que aprovechó el general Álvaro Obregón para derrotar en diferentes ocasiones a Villa perdiendo considerable territorio zapatista. Zapata reconquistó varios lugares perdidos, pero como era de esperarse, su ejército mermó considerablemente y para 1918, Zapata era más visto como un guerrillero sin futuro, que como aquél general de un invencible.

Zapata no pudo consolidar su movimiento “político-militar-campesino”, se vio obligado a luchar de guerrilla en guerrilla, escaseando cada vez más sus municiones.

“Villa y Zapata”

La muerte de Zapata.

Zapata siempre fue reconocido por su buen olfato a las emboscadas, fue muy bueno para descubrir los engaños de sus rivales, así que parecía incierta la forma en que se narraba su muerte. Lo cierto es que el hecho inevitable de una derrota a Zapata lo hizo ser descuidado, el 10 de abril de 1919, Zapata fue seducido por Jesús Guajardo, quien para probar su supuesta lealtad al movimiento zapatista y en complicidad con Carranza, tuvo que fusilar a 50 militares federales con el afán de convencer a Emiliano Zapata de ser de los suyos, con promesas de abastecimiento de municiones y un nuevo ejército, el Caudillo acampó a las afueras de la Hacienda que sería punto de encuentro con Guajardo. Salía el sol cuando Zapata en conjunto de una pequeña escolta de diez hombres tomaron camino a las puertas de dicha hacienda, al cruzar el dintel, se oyó el llamado de trompetas que llamaban a honores, señal que dio inicio a la mayor emboscada de la Revolución, una multitud de tiradores que se escondía en las azoteas tomaron armas y acribillaron a Zapata, con pistola en mano, el revolucionario cayó tras ser engañado y dejó lo que hasta hoy conocemos como el legado zapatista.

“Zapata tras ser fusilado”.

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Por AlexelJues. Abogado reptiliano aficionado a la felicidad. ¡¡Sígueme en twitter e Instagram para cosas geek!!

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