Cyberpunk, IA y distopías

Todas las fiestas de mañana es la última entrega de la “trilogía del puente” escrita por el estadunidense William Gibson.

Se dice que algo que caracteriza a esta serie es que cada libro se puede leer de manera independiente, pues aunque algunos personajes aparecen en las otras historias, más que compartir un solo argumento, coinciden en un mismo universo.

La trilogía del puente está compuesta por “Luz Virtual” (1993), “Idoru” (1996) y “Todas las fiestas de mañana” (1999).

Aquí solo leímos la última, por lo que no comentaremos las otras. Lo que sí podemos corroborar es que esta novela se puede leer sin tener conocimiento del resto de la serie.

El universo creado por Gibson muestra una sociedad decadente en donde la tecnología está presente hasta en los rincones más marginados del mundo.

Tecnología que para nuestro tiempo sería muy avanzada, en el escenario de este relato parece un elemento completamente natural en el que aparentemente nadie parece poner mucha atención.

Photo by Michael O Shea

La mayoría de las personas del relato se describen como seres oscuros, deprimidos, sucios, marginados, corruptos o violentos; personajes que sin duda ayudan a imaginar ese ambiente sórdido en el que se desarrolla la historia.

¿De qué va Todas las fiestas de mañana?

En un Tokio en declive, entre laberínticos pasillos e improvisadas casitas de cartón, Colin Laney se esconde de un peligroso enemigo: Cody Hardwood.

Laney es un ser humano con una capacidad única que le permite navegar en la Internet de manera extraordinaria, es decir, con una rapidez sinigual y analizando datos y códigos con la destreza de una máquina.

Solo hay otro ser humano capaz de superar su habilidad, se trata de Silencio, un chico introvertido que jugará un papel crucial en el desenlace de este futuro Gibsoniano.

Por su parte, Cody Hardwood quiere obtener el poder absoluto, por lo que comienza a desarrollar nueva tecnología que cambiará la configuración del mundo a su conveniencia.

Sin embargo, Laney desafiará al multimillonario con ayuda de Barry Rydell, un expolicía desencantado de la vida que deberá trasladarse a San Francisco, California, para seguir las instrucciones de Laney, quien funge como una especie de vidente virtual.

También les ayudará Rei Toei, una inteligencia artificial de origen desconocido, pero cuya existencia rebasará el plano virtual para transformar el futuro de la humanidad tal y como la conocemos hasta hoy.

¿Por qué la recomendamos?

William Gibson es considerado el padre del Cyberpunk, un subgénero de la Ciencia Ficción que se destaca por mostrar sociedades distópicas en donde hay una importante presencia de tecnología de vanguardia, la cual, paradójicamente a lo que siempre se espera, no ayuda a mejorar las condiciones de vida de la población.

Gibson crea personajes muy interesantes como Silencio o el misterioso asesino del que no se tiene ningún registro en la red.

O el protagonista, Colin Laney, de quien ya hemos dicho que posee una habilidad especial para adentrarse en la red y observar el flujo informático de ese universo desconocido para la realidad física o tangible.

Además, el universo de esta historia nos obsequia un sinfín de avances tecnológicos impresionantes, como el Nanofax del Lucky Dragon; una especie de impresora en 3D capaz de reproducir un mismo objeto en todos los Lucky Dragons del mundo, al mismo tiempo.

Drones, realidad virtual, armas superpoderosas, hologramas y una red tremendamente compleja en la que se ocultan rostros, secretos y nuevas formas de vida.

“Todas las fiestas de mañana” está narrada con diferentes voces; tanto de los personajes principales como de un narrador omnisciente. Consta de 73 alucinantes capítulos y el ejemplar que leímos es de editorial Minotauro.

Por Patricia Munguía Correa, ¡síguela en twitter o en Instagram!

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