Stanislaw Lem. El hombre que halló la libertad más allá de la Tierra

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Stanislaw Lem

La obra literaria de Stanislaw Lem es de tal complejidad que bien puede resumirse a cabalidad mediante el clásico relato del héroe mítico, quien va superando las dificultades que en ocasiones parecen insalvables, pero gracias a su habilidad y capacidad para aprehender las herramientas que el destino va poniendo a su disposición consigue superar las pruebas para trascender su condición humana y llegar a instancias que le permitan constituirse en una auténtica deidad.

El escritor nació en 1928, en la entonces polaca ciudad de Leópolis, la cual, por azares de la voracidad geopolítica de alemanes y soviéticos, terminó en 1939 como parte del territorio de Ucrania. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad también sería trágicamente célebre por albergar un gueto judío en el que murieron más de 200,000 mil personas y exterminaron de Leópolis a la comunidad con raíces hebreas.

Precisamente es en este periodo cuando la existencia de Lem da un vertiginoso giro y abandona sus estudios en medicina para dedicarse a los oficios de mecánico y soldador. En esta etapa se gana la fama de saboteador de vehículos nazis y al término de la guerra, el católico con familia de ascendencia judía se traslada a Cracovia para concluir su formación de galeno y optar por la psicología. Además, comenzará a atender la llamada de las musas para iniciar su periplo en el universo literario.

1995 Krakow N/z Stanislaw Lem fot. Wojciech Druszcz/REPORTER

En los albores de su camino iniciático, escribirá bajo el yugo de la censura comunista distintas novelas, la mayoría de ellas utópicas, que pueden librar la guardia sempiterna de los sensores encargados de preservar al imperio socialista del mínimo reducto de una idea sobre el capitalismo. Como ejemplos tenemos la publicación en 1951 de su primera novela Los Astronautas, así como Nebulosa de Andrómeda (1955) y Diarios de las Estrellas (1957); todas ellas alejadas de su primer novela "El hospital de la transfiguración", texto de corte realista que no vería la luz de la imprenta hasta 1955.

Todas estas novelas constituyen su faceta "humana" en su obra literaria, pues aún no logra desprenderse de la mundanidad de la política y sus regímenes, requisito necesario para acceder al Olimpo de la literatura. La evidencia de la transición entre estos estadios son evidentes en dos novelas: Edén (1959), marca un cambio en su forma de escribir y se convierte en la punta de lanza que marcará su estilo, debido fundamentalmente a que su narrativa ya no sólo se decantará por las críticas hacia los sistemas autoritarios y finalmente llegará al encumbramiento con Solaris (1961).

A partir de Solaris quedará patente en cada texto la introducción de factores psicológicos en los personajes, a manera de recordatorio de que la intangible alma, así como la poco comprendida mente también interactúan con el mundo físico. Este hecho nos prepara para la reflexión sobre el concepto de lo humano frente a las imbricaciones que traen doctrinas como la cibernética, que avanza cada día amenazando con hacer realidad nuestras elucubraciones más sórdidas cuando le sumamos las expectativas puestas en la robótica.

Cracovia fue la última morada de la existencia física de Stanislaw Lem. En 2006 su corazón fue abatido por una enfermedad coronaria. Sin embargo, Fábulas de Robots (1964), La voz de su amo (1968), Congreso de futurología (1971), Fiasco (1986), así como los demás relatos continúan con nosotros como los testigos que niegan que su existencia haya sido en vano.

 

Por Samir Zapot

 

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