El Lobo Estepario, de Hermann Hesse. Literatura solo para locos
El Lobo Estepario (Solo para locos)
Hermann Hesse (1927)
Esta novela explora el sentimiento de otredad con el que muchos nos hemos identificado en algún punto de nuestra existencia y que surge en la introspección de nuestro ser, en la búsqueda de lo que llamamos el sentido de la vida.
El Lobo Estepario es la conmovedora y a la vez tortuosa voz interior de Harry Haller, quien nos narra y describe la dualidad de su esencia como hombre lobo, cuya transformación no se da a la luz de la luna sino a través de todas las emociones que como ser humano es capaz de experimentar y que sin embargo, en ocasiones, desdeña por creerlas contradictorias o viles. Se trata de una personalidad torturada por la culpa que le causa el deseo de pertenecer a las convenciones sociales pero que al mismo tiempo desprecia por su banalidad e hipocresía. Por ello, todos los sentimientos nobles, bondadosos e inspirados en la justicia los atribuye al animal, y aquellos relacionados al odio, la inmundicia, la deshonestidad y la codicia los imputa al ser humano.
Hesse logra plasmar el estado más puro de la juventud, aquel breve instante en el que el ser humano define sus ideales y convicciones, pronunciamientos vastos en honestidad que lo empujan a cuestionarse si realmente quiere pertenecer a un universo en el que no hay cabida para la ingenuidad; infortunadamente, al paso de los años, algunas personas pierden el entusiasmo, el interés y la fe por estos asuntos. Esta historia nos habla de aquellos que logran conservar su espíritu intacto, y cuando por alguna razón son atraídos y aceptados al interior de la gran maquinaria de la vida y se encuentran rodeados de individuos que se desenvuelven con tanto agrado y facilidad dentro de ésta, el lobo estepario se burla y siente asco por esta gente, pero aún más por el hombre con quien cohabita en las profundidades de su mente, quien también, aunque no sin pesar, disfruta formar parte de esta sociedad. Así, nuestro protagonista, atribulado por esta contrariedad, recorre el mundo, y en el camino conoce a Armanda, una joven que, a diferencia de Harry, es capaz de disfrutar la vida y encontrar plenitud en esa cualidad de lobo estepario.
"Erase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba, como todos, en dos pies, iba vestido como cualquiera, como cualquier hombre, pero en el fondo, en realidad, era un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y en realidad era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había podido aprender era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo y de su vida. Esto no lo pudo conseguir nunca."
[Tractat del Lobo Estepario]
Por Patricia Munguía Correa, ¡síguela en twitter!
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