El Olvido que Seremos, de Héctor Abad Faciolince. Una reflexión sobre convicciones, pérdidas y lecciones de vida

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El olvido que seremos

Héctor Abad Faciolince (2006)

 

El duelo por la muerte de un ser querido es un proceso diferente para cada persona pero que sin duda deja cicatrices imborrables para quienes sufren la pérdida, y más aún si esa vida les fue arrebatada de manera injusta y cruel.

Esta biografía novelada es un homenaje a la vida de Héctor Abad Gómez, padre del autor, médico, profesor, escritor y activista colombiano, quien durante su paso por el mundo se dedicó a ayudar a su comunidad a través de la promoción de campañas de salud, la formación de médicos comprometidos, la defensa de los Derechos Humanos y la denuncia de vilezas y atropellos cometidos por grupos paramilitares contra quienes les resultaban incómodos, hecho que le costó la vida.

Héctor Abad Gómez, filántropo y padre amoroso

Además de retratar la figura de su padre, Héctor Abad Faciolince nos permite asomarnos a pasajes íntimos de su infancia; nos deja acercarnos a sus hermanas, a su madre y a otros familiares y amigos que lo acompañaron o influenciaron de alguna forma mientras iba descubriendo el mundo, sus desdichas y sus placeres.

El relato se siente tan cercano que casi podemos acompañar los andares de la familia, compartir sus alegrías y entristecernos ante sus desventuras y tragedias. El amor que el escritor profesa a su padre puede palparse en cada página del libro, en cada descripción sobre los gestos, reflexiones o anécdotas que compartieron. Un cariño sincero y bondadoso que queda como testimonio de una vida plena, alegre y enriquecida por la labor social de un humanista que también fue su padre.

Un adiós convertido en memoria

Así, aunque el texto es una denuncia sobre el sañudo asesinato de Héctor Abad Gómez, el autor logra plasmar la faceta del padre, el maestro y el activista en un mosaico de memorias que explican en parte el fervor que lo impulsó a luchar y alzar la voz por sus ideales.

Silenciar una voz no evita que las acciones que impulsó y las denuncias que reveló resuenen a lo largo de la historia e inspiren a otros a no cerrar los ojos ante las injusticias de gobiernos indolentes e individuos que, como describiera Juan Rulfo en el Llano en llamas, tienen el corazón “desbaratado, revenido y lleno de pudrición.”

Héctor Abad Faciolince

 

Por Patricia Munguía Correa, ¡síguela en twitter!

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