El Juego de Ender (1985)

Orson Scott Card

Ubicado en un futuro donde los humanos han logrado controlar la gravedad y realizar viajes interestelares, este relato distópico oscila entre las voces de Andrew Wiggin, quien se autodenomina Ender, y las conversaciones entre sus superiores en la Escuela de Batalla; de las cuales destaca la del coronel Hyrum Graff, el hombre encargado de presionar a Ender y llevarlo al límite de sus posibilidades a través de una estrategia cruel que le aísla y lo obliga a explotar su instinto de supervivencia.

¡Tienes que leerlo!

Como suele verse en muchas otras historias sobre universos distópicos, Orson Scott Card, el autor de esta novela de ciencia ficción, eligió como protagonistas a niños, pero no son infantes cualesquiera, sino individuos de gran intelecto, astucia y claridad mental con una imaginación y creatividad intensas, características imprescindibles para la labor que se les ha encomendado: salvar a la humanidad del exterminio a manos de unos alienígenas llamados Insectores, mote adquirido debido a su enorme parecido con esta especie animal.

En este universo, los Insectores atacaron la Tierra décadas atrás y estuvieron a punto de extinguir a la raza humana, sin embargo, el comandante Mazer Rackham, sin saber muy bien cómo, logró detener el avance del enemigo, no obstante, desde entonces se cree que los Insectores están reuniendo un ejército y un nuevo ataque es inminente.

¡Ender, eres el mejor!

Debido a la incertidumbre sobre la seguridad de la Tierra y los daños causados por la invasión alienígena, las familias solo tienen permitido engendrar dos hijos, sin embargo, a la familia Wiggin se le autoriza procrear un tercer hijo, Ender. Los hermanos mayores de Andrew son niños prodigio, sin embargo, Peter, el primogénito, es un psicópata, demasiado peligroso para otorgarle poder y mucho menos apto para la misión de salvar el mundo. Valentine, la hermana, tiene una mente aguda y brillante pero es demasiado compasiva, tampoco pasará la prueba para ser reclutada por el gobierno. Ender, en cambio, posee lo mejor de ambos hermanos y se convierte en el candidato ideal para liderar la Flota Internacional que combate la amenaza extraterrestre. Así es como a los 6 años de edad, Ender es separado de su familia para comenzar su entrenamiento militar.

El libro ofrece mucho más que una guerra interracial, pues al estar narrado desde el interior de la mente del niño nos muestra todos los conflictos morales que le atormentan, sus miedos, su razonamiento ante la resolución de un desafío o peligro, su perspectiva de la vida, del entorno y de las personas a su alrededor.

Esta construcción narrativa genera una fuerte empatía del lector hacia Ender y la tensión que experimenta a cada momento. Además, este relato invita a reflexionar sobre la crueldad y la generosidad humana, la fragilidad de la vida terrestre y la idea de la eterna lucha por el poder entre el más fuerte contra el débil, un estilo de vida que muchas personas adoptan y cuyas consecuencias son la injusticia, la desigualdad y la violencia.

Ender, el exterminador. Un niño sin infancia utilizado como arma en aras de la salvación humana, incluso de aquellos seres más viles y ruines.

La noción de otredad se explora en diversos pasajes del relato y conforme Ender madura y crece ese concepto se transforma en un entendimiento de la vida misma con el cual el joven mesías intenta reconciliar a los habitantes del universo.

La película, dirigida por Gavin Hood, no consiguió retratar la esencia de los personajes ni la complejidad de la mente de Ender y no es para menos, pues una narración de este estilo representa un verdadero reto para los guionistas. La adaptación al cine no logró capturar las emociones ni las angustias de Ender, elementos fundamentales de la obra original. Así que una vez más, las letras han ganado la batalla al celuloide.

Por Patricia Munguía Correa, ¡síguela en twitter!

¡Y recuerda seguir a VORÁGINE en Facebook, Twitter e Instagram, para que no te pierdas ninguna de nuestras publicaciones!